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@escupeletras
Con el inicio de operaciones del Tuzobús en la ciudad de
Pachuca, dos posiciones se enfrentan. De un lado un sector de la ciudanía que
no quiere saber nada del sistema alegando múltiples argumentos (muchos de
ellos sin fundamento y otros más sustentados) y del otro un gobierno que
desesperadamente busca la aprobación de su nuevo proyecto promoviendo sus
beneficios (muchos de ellos sin una correcta aplicación). Creo que ambos tienen
parte de razón.
Como ciudadanía debemos entender que priorizar el
transporte público barato y eficiente sobre el auto privado nos conviene a
todos, pero con un proyecto con tantas fallas de ejecución resultará muy
complicado que la gente lo arrope con agrado.
Casi todo cambio es complejo, nadie dijo que sería fácil
el adaptarse al Tuzobús. El nuevo sistema presenta una ruptura definitiva con
la cotidianidad de miles de personas. La adaptación implica tiempo. Los
pachuqueños tenemos que acostumbrarnos a este nuevo sistema de transporte porque no hay más opciones para la gente que no tiene automóvil propio
y no cuenta con la capacidad de costear un taxi para realizar sus tareas
diarias.
Uno de los sectores de la ciudadanía que más se resiste
al Tuzobús es precisamente el que no lo va a usar. Muchos de los que cuentan con un automóvil propio perciben una especie de
‘robo’ el hecho de que el Tuzobús cuente con un carril confinado. La imposición
de una vía exclusiva para el nuevo sistema es tomada por no pocas personas como
un ultraje a lo que consideraban su territorio, su derecho inalienable, sus preciosos
carriles. Pero resulta que la gente que no tiene automóvil propio (por la razón
que sea) también tiene derecho a transportarse. Si tenemos que 7 de cada 10
viajes en las ciudades se realizan en transporte público, éste debe ser la
prioridad.
Un transporte público barato y eficiente garantiza una
disminución de la contaminación, desahogo de las vialidades, ahorro de energía
y disminución en el tiempo de traslado. Pero siempre habrá quien no se quiera
bajar de su auto jamás ni ceder un ápice de su comodidad para que otros también
la tengan. Se trata del individualismo característico de nuestra sociedad que
privilegia las comodidades de unos cuantos a costa del sacrificio de la
mayoría, se trata de un sector minoritario que no está
dispuesto a dejar que un proyecto ocupe un carril exclusivo para transportar a
la mayoría de la gente porque esto significa ceder un poco de su comodidad. No
se ponen a pensar que liberando el espacio de las combis habrá menos autos en
circulación y por lo tanto menos congestionamiento vial y así podrán circular
con mayor rapidez en los carriles libres. Mientras que en un auto particular
viajan entre una y dos personas en promedio, en un transporte colectivo viajan docenas
de personas por unidad, por eso debe tener preferencia. Socialmente hablando, el
transporte público siempre será más eficiente que el privado porque en cuestión
espacial ocupa áreas más reducidas y mueve a más personas, generando menos
tráfico y mayor fluidez.
(FOTO: Especial) |
También está la gente que no tiene auto, pero desconfía
profundamente del proyecto por varias razones muy entendibles, como la
corrupción del gobierno, la falta de rutas alimentadoras cercanas a su hogar y
lugar de trabajo, el costo de la tarifa, etcétera.
Por otro lado está un gobierno ansioso de aprobación que
no ha sabido aterrizar de la mejor forma un proyecto que parte de la estupenda
idea de priorizar al transporte público sobre el auto particular, pero que ha
cometido diversos errores.
Se ha dicho hasta el cansancio que el costo del Tuzobús
es excesivo, injusto. Siendo Pachuca una de las capitales con la economía más
floja del país, inicia con el servicio de BRT (Bus Rapid Transit, por sus
siglas en inglés) con una de las tarifas más altas: 8 pesos por el traslado básico,
mientras que en Chihuahua, Cd. Juárez y Distrito Federal el costo es de 6 pesos.
Incluso en la capital, en la principal economía del país, hace unos meses
seguía costando 5 pesos. Que en Pachuca el costo sea de 8 pesos es un abuso y
una pesada carga al bolsillo de los usuarios, especialmente los que tienen que
trasbordar en rutas alimentadoras o en otras rutas ajenas al Tuzobús. En este texto se exponen Cinco razones por las que el Tuzobús no debe cobrar más de 5 pesos.
El gobierno estatal debe entender que no basta con que el
Tuzobús priorice el transporte público sobre el privado, sino que debe ser
accesible a los bolsillos de la mayoría. No se puede fomentar el uso de un
transporte público si le resulta caro a la gente.
Me parece un tanto apresurado el realizar un juicio definitivo
sobre el Tuzobús a partir de sus primeros días, pero son muy evidentes sus
fallas de ejecución. Desde su construcción (que por cierto tuvo un retraso de
dos años) y en sus primeras horas de funcionamiento, el proyecto mostró
diversos problemas que no pueden pasar desapercibidos: puentes peatonales
incómodos y kilométricos, tarjetas de prepago que no funcionan, rutas
alimentadoras insuficientes que no logran llenar el vacío que dejaron las rutas
de combis eliminadas o reubicadas, carriles mal diseñados, camiones atascados
de pasajeros, puertas de la unidad que no coinciden con las de la estación,
partidas retrasadas y tardanza en el traslado. Una pesadilla urbana. La inconformidad es entendible. Basta con revisar la oleada de comentarios de queja en la cuenta del Tuzobús en la red social facebook para entender los múltiples problemas que deben ser atendidos con urgencia.
Son muchos aspectos los que la administración del Tuzobús
debe corregir y mejorar si quiere ser realmente eficaz e incluyente,
en ello se juega su éxito o fracaso.
Todos tienen que
ceder. El gobierno de Hidalgo se ha mostrado reacio a las manifestaciones de los
usuarios, pero no le queda otra que dejar de tener oídos sordos, no le queda más
que escuchar a la ciudadanía y realizar las acciones necesarias para que el
proyecto salga a flote. Como ciudadanos nos queda entender que siempre será
mejor dar prioridad al transporte colectivo antes que al individual, que el
Tuzobús puede llegar a ser un buen proyecto si corrige sus múltiples carencias;
nos queda observar que el Tuzobús no se convierta en el negocio de unos cuantos
y exigir transparencia en los recursos, una constante mejora del servicio, un
precio justo y un servicio eficiente. Ni más ni menos.
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