@escupeletras
Lecciones para la presidenta y la 4T:
Falta mucho por hacer y es absolutamente necesario redoblar esfuerzos en cuestión de seguridad. A pesar de la disminución en los homicidios dolosos del 32% tan solo en su primer año (logro realmente importante del que poco se ha hablado), es evidente que hay regiones específicas del país que necesitan atención especial. No sólo atender la causas como se ha hecho, pegar en el dinero sucio es imprescindible.
Si bien la mayoría de la gente sigue aprobando este gobierno (el 70% es real, a pesar de los corajes de sus malquerientes), se comienzan a ver fisuras importantes que ya están siendo aprovechadas por lo peor de la política nacional (y extranjera). Aunque esté lejos de ser mayoritario, el descontento existe en amplios sectores de la población (en unos más justificado que en otros) y ya está siendo capitalizado por la derecha partidista y empresarial. Los recientes errores, incapacidades y corrupción dentro de la 4T son focos rojos que no deben minimizarse y deben atenderse de inmediato si se quiere conservar el visto bueno y la comunión lograda con las mayorías, si no, poco a poco el proyecto se diluirá.
El gobierno federal también debe tomar nota de los alcances golpistas de la oposición. Si bien la movilización de ayer no cumplió con las expectativas que se generaron en redes, es una advertencia clara de todo lo que es capaz de hacer y gastar la oposición para desestabilizar. Sería un error subestimar sus capacidades.
La oposición sigue teniendo en sus manos a la mayoría de los medios (cuándo se había visto que una marcha fuera promovida tan abierta e insistentemente por tantos canales de tv, diarios, portales noticiosos y cuentas apócrifas de redes sociales, invirtieron millones en esa campaña) y no cesarán en la construcción de una narrativa mentirosa y manipuladora. Esto es ya una guerra psicológica 2.0. Están dispuestos a todo con tal de volver al poder. Ya entraron en una etapa de desesperación altamente peligrosa para todos.
Lecciones para la oposición partidista y "apartidista":
Los bots no marchan (y no votan). Ya deberían tener bien aprendido que no se puede hacer política nomás basados en campañas apócrifas en redes sociales digitales. Las altísimas expectativas que generaron 8 millones de bots se quedaron cortas en los hechos: un Zócalo sin llenar, la avenida Reforma sin haberse inundado como en otras marchas y una muy muy escasa presencia de jóvenes que, se supone, eran los convocantes. Se prometía una de las movilizaciones más grandes de los tiempos recientes, pero al final la re-proyección del concierto de Juan Gabriel una semana antes logró atraer más gente en el mismo lugar.
Mala estrategia resultó esa usurpación de la "Generación Z" y del anime One Piece (que por cierto tiene un mensaje muy chairo. Oh, la ironía de apropiarte de algo que representa valores que odias porque no te da para crear algo propio que represente tus ideas rancias). No aprendieron nada de sus anteriores plagios: "Chalecos Amarillos", "Marea Rosa", etc. Han fracasado una y otra vez tratando de importar fórmulas que tuvieron cierto éxito en otros contextos y países, ignorando que esos otros fueron movimientos orgánicos, con gente real y con un plan de acción que opera de frente y con demandas claras, mucho más allá de sus consignas facilonas, videos e imágenes generados con inteligencia artificial y escondiéndose en símbolos robados. La autenticidad no puede copiarse. La legitimidad se gana en el terreno, no se hace en Chat GPT. Tal vez sería mucho pedirles algo de originalidad e ingenio para conformar un movimiento orgánico y real.
Apelar a los jóvenes es más complicado que apropiarse de sus símbolos de la cultura pop y decir "hey, chavo, a mí también me gusta el Uan Pis, soy como tú. Acompáñame a derrocar a Cheinbau". Con qué cara estos ridículos señores con sombrero de paja le piden a los jóvenes que los acompañen si son los mismos que se la pasan diciéndoles "güevones", "ninis", "mantenidos", "Generación de cristal" y otras linduras. Ah, pero ayer de pronto los pocos que les hicieron el caldo gordo eran "jóvenes valientes".
Se hubiera agradecido algo de honestidad de los verdaderos convocantes e impulsores de la marcha: priístas y panistas urgidos de algún éxito que los rescate de la crisis que hoy enfrentan. Patético fue observar a militantes más que quemados de esos partidos fingiéndose apartidistas, disfrazados de pueblo indignado. Avergonzados de lo que son y de lo que representan, necesitan tomar banderas ajenas y camuflarse para aparentar ser otra cosa. No faltarán los ingenuos que se la crean o que incluso conociendo su truco no les moleste marchar a su lado, pero ya se vio que de momento con eso no les alcanza.
Aprovecharse de las tragedias recientes (el asesinato de Carlos Manzo, daños por las lluvias, etc), esconderse tras la bandera de Mugiwara y colgarse de los jóvenes resultó al final contraproducente, pues muchos notaron la forzada impostura. La mayoría de los marchantes estaban más cerca de sacar su credencial del INAPAM que de cursar la universidad.



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